(a partir de 1 año y medio)
La fotografía infantil quizá sea una de las disciplinas más bonitas que hay. Los niños tienen algo que les hace mágicos y extraordinarios: su inocencia, la sencillez con la que ven el mundo, su bondad… Lo más importante y bonito es que son capaces de plasmarlo en las fotografías. Por eso trabajar este tipo de disciplina fotográfica, nos aporta una gran satisfacción en el estudio y nos brinda la oportunidad de ofreceros una visión única y que guarde este momento en la vida de vuestros hijos.